Jabones de glicerina con leche de cabra

Sabías qué...?

 


El jabón de glicerina enriquecido con leche de cabra no contiene ni propilenglicol ni SLES (Sodium Laureth Sulfate), ni EDTA, ni otros agentes quelantes tipo tetrasodium etridonate o pentasodium pentetate, ni otros aditivos sintéticos y poco ecológicos.

Tiene propiedades hidratantes debido a la gran cantidad de glicerina y sorbitol, y a la adición de proteínas de avena.

Produce una espuma cremosa muy agradable.

Es nutritivo y suavizante por la presencia de la leche de cabra, muy apreciada para las pieles secas y sensibles.

Y como todos los jabones de glicerina, los principios activos agregados no pueden ser distorsionados por la sosa porque la saponificación ya ha terminado.

Pero veamos un poco más qué son esos ingredientes qué no lleva y por qué es mejor que no estén.

Propilenglicol: (también conocido como PEG) es uno de los principales componentes de la fibra de vidrio, los anticongelantes, los refrigerantes de motor y los descongeladores; también se utiliza en la industria farmácéutica, la cosmética (en estas 2 industrias se utiliza como disolvente para obtener extractos de las plantas) y la alimentación. Puede causar irritación ocular y conjuntivitis, así como irritación del tracto respiratorio superior.

Sodium Laureth Sulfate: irritante de la piel, contaminante del agua, puede estar contaminado con el carcinógeno 1,4-dioxano. Se encuentra en la mayoría de los champúes, geles y jabones convencionales del mercado; se usa para hacer espuma. En la elaboración de jabones ecológicos el mismo efecto se consigue con el aceite de coco. Tanto el SLES como el SLS (Sodium Lauryl Sulfate) se obtienen del coco pero por síntesis química y resultan abrasivos para la piel.

EDTA (tetrasodio): agente quelante (previenen la rancidez, conservan los componentes y ayudan a estabilizar el color). Contiene formaldehídos; citotóxico y genotóxico en animales, irritante fuerte para la piel y el pulmón en los seres humanos; es el veneno más generalizado en ríos y lagos. Las cantidades usadas en los cosméticos son las ”legalmente permitidas” -menos de un 2%- pero no se toma en cuenta que una persona puede usar una crema hidratante, un tónico, un desodorante, un champú, etc. y que la cantidad de EDTA que está metiendo en el organismo es elevado y mayor al “permitido”.